miércoles, 9 de octubre de 2019

FASE DE CONCURSO

Las oposiciones docentes tienen una parte de oposición (la prueba escrita y la prueba oral, con sus respectivas partes) y la fase de concurso.
Hoy me gustaría hablar de la fase de concurso, concretamente del Apartado 1, "Experiencia docente".
Si tienes Tiempo de Servicio (TS) en la escuela pública, en función de los meses/años que lleves trabajando tendrás una puntuación, hasta un límite de 7 puntos (0.7 por año trabajado, contabilizando un máximo de 10 años). Esta puntuación también varía un poco si el puesto que has desempeñado es el mismo al puesto que optas o es de otro cuerpo distinto. 
Pero luego también existe la posibilidad de tener puntos por haber trabajado en un centro concertado y es aquí donde me voy a detener, puesto que es la parte que controlo. 
El año/mes trabajado no "vale" tanto como en la pública, pero en unas oposiciones cada centésima cuenta. (OJO: voy a hacer referencia exclusivamente a esta última convocatoria (2019) en Andalucía, desconozco cómo funciona en otras comunidades ni tampoco sé si para la próxima algo va a cambiar. Todo lo que cuento han sido los pasos que tuve que hacer)

¿Qué debo hacer para que se me reconozca el tiempo trabajado?
  • En primer lugar, dirígete al Centro en el que has trabajado y tendrán que hacerte un Certificado (firmado por el Director del centro y sellado) donde se especifique:
      • Tu nombre, apellidos y DNI
      • El puesto desempeñado
      • El tiempo exacto en el que lo has desarrollado. 

Si como yo has cubierto diversos puestos (orientadora, maestra y maestra impartiendo logopedia), tendrán que redactar un papel por cada puesto

  • Con estos papeles, junto con los contratos de trabajo y la titulación requerida para desempeñar dichos puestos tienes que ir a Delegación y el Inspector al que corresponde dicho centro deberá validar ese tiempo de servicio. Suele tardar unos días. 

Te recomiendo que esta gestión la hagas en cuanto te sea posible para evitar retrasos y tenerla lista para cuando debas entregar el sobre de méritos (en otra ocasión hablamos de ello). Si estás en activo en un centro, trata de posponer el tiempo al máximo para que te contabilice el mayor tiempo posible. 

  • Ya tienes tu tiempo de servicio acreditado. Haz fotocopias de cada papel y conserva los originales a buen recaudo. 


Espero que os haya sido de utilidad. El tema burocrático lo odio y me pone muy nerviosa, pero es necesario. 

martes, 8 de octubre de 2019

ESO QUE LLAMAN SUERTE

Nos guste o no, la SUERTE es la invitada de honor en esto de las oposiciones. Sin embargo, en mi opinión, depende de nosotros mismos el grado de protagonismo que le demos en ella. 
Desde el principio, decidí que si bien hay un elevadísimo porcentaje en el que la suerte o el azar no le iba yo a dejar ocupar más espacio del que ya tenía. Y aquí es donde hay que ser honestos con uno mismo e identificar qué aspectos dependen de ti y cuales evidentemente no. Sobre los primeros, tenemos potencial de intervenir y arañaremos en gran medida a los que se escapan a nuestro control. 

Lo que SI podemos controlar:
  1. El número de temas que llevo al examen. Y cómo los llevo. 
  2. Haber practicado los supuestos prácticos, en cantidad y en calidad, habernos enfrentado  a diversidad de situaciones.
  3. Tener controlado el tiempo de examen (a través de hacer simulacros, controlando el tiempo que necesitamos, dónde flaqueamos, qué aspectos debemos mejorar).
  4. Haber elaborado nuestra programación, creer en ella y conocerla profundamente.
  5. Practicar, practicar, practicar la exposición, con diferentes tipos de público, grabarnos en vídeo y luego analizarte a ti mismo, buscar errores, imaginas qué te pueden preguntar, etc... Tómatelo como una representación teatral: debes saberte tu papel, interpretarlo con la naturalidad que da el dominarlo, controlar el tiempo, etc. La improvisación no es tu amiga. 
  6. Ir previamente al lugar del examen en  "misión de reconocimiento". Te evitas muchos nervios saber exactamente donde es, donde puedes aparcar, cómo llegar, etc...

Lo que NO podemos controlar:
  1. La bola que salga (pero si llevas todos o casi todos los temas, aquí la suerte no tiene tanto poder como si únicamente llevas 10 y dependes de ella para hacer un buen papel).
  2. El tribunal: esto es una realidad: en función del tribunal que te toque y la línea general de corrección que lleven (porque sí, tienen una rúbrica, pero la subjetividad está implícita) brillarás más, brillarás menos, gustará más tu tema o será peor valorado. 
  3. El resto de opositores de tu tribunal: desde que falten muchas personas en un tribunal concreto o que no falte nadie (esto afecta posteriormente al reparto de plazas por tribunal), cómo vayan de preparados, el tiempo de servicio que tengan, que sus exámenes tengan en general un nivel alto y el tuyo pase más desapercibido...
  4. El día y hora en que te toca la exposición oral: no es igual ser el segundo que expone en el día que la última persona (holi, esa última persona del día fui yo y vas acumulando nervios y tensión hasta tener ganas de salir corriendo): ni tú estás en las mismas condiciones ni el tribunal, que probablemente esté cansadísimo de escuchar. Debo decir, no obstante, que aunque fui la última del día (7 personas por delante), mi tribunal fue exquisito conmigo, todos atentos, algunos de ellos de vez en cuando asentían o sonreían, por lo que en este sentido no tengo una mala experiencia como le ocurre a otras personas. 
  5. Variedad de situaciones: desde ponerte enfermo/a, tener que repetir un examen, olvidarte algun material importante en la presentación, que no te atienda el tribunal y eso te ponga nervioso/a...

En mi caso, estoy convencida de que dejé poco espacio a la suerte y gracias a eso me quedé tan solo a una centésima de la plaza (que sí, que es una p_tada). Evidentemente, la suerte no estuvo de mi parte, pero sé que hice todo lo que estaba en mi mano para dejarle poco espacio de juego. 
Así que sí, asume que la suerte influye pero no le des más poder del que ya tiene

lunes, 7 de octubre de 2019

PERSONALIZAR LOS TEMAS (II)

¡Continuamos hablando de personalizar los temas!

  • Autores: citar autores es indispensable porque se exige que la exposición teórica esté fundamentada en la evidencia científica y en los estudios realizados, pero es cierto que puede quedar "de pegote" si no lo haces un cierta gracia. ¿Cómo los incluía yo? 
    1. Por cada tema seleccionaba tres o cuatro autores y si podían ser usados en más de un tema, mejor.
    2. Me hacía un resumen aparte de las ideas esenciales que cada uno de ellos aporta al tema en cuestión (quien dice resumen, dice lista).
    3. Cuando redactaba el tema ponía con mis palabras lo que dicho autor mantenía sobre el asunto (lo de citar poniendo entre comillas puede ser algo peliagudo, porque la memoria nos puede jugar una mala pasada) y, al final del párrafo, una frase del tipo " tal y como sostiene/argumenta/mantiene/explica... " 
    4. También se puede hacer al contrario, comenzar el párrafo con la frase estándar "según ...", y luego exponer la teoría. 
    5. Distribuía a los autores a lo largo del tema; de esa manera, no queda todo condensado y el resultado es más natural. 

Aspectos prácticos:
La extensión: vamos a tener el tiempo muy limitado, donde no solo vale escribir rápido sino que la letra debe ser legible y agradable de leer (este tema me preocupaba muchísimo porque mi letra no es nada instagrameable). En ordenador yo me hice los temas de aproximadamente unas 9 carillas, no más de 3000 palabras, pero eso ya depende de cada cual. Pero es fundamental que en esas 3000 palabras todo sea relevante y veraz.
La proporción de los epígrafes: más o menos, cada uno de los epígrafes que en el título de cada tema se mencionan deben tener una extensión parecida. Otro detalle de mi tribunal: como este año tuvimos que repetir el examen de la parte práctica (si eres de Andalucía y de PT sabes de qué hablo), dijeron que habían corregido exámenes muy desequilibrados en este sentido y que eso no les había gustado. 
Introducción a cada epígrafe. No está de más introducir brevemente (con una frase) qué aspectos se van a tocar a continuación. Así explicas claramente de qué vas a hablar y no empiezas del tirón. 
Conclusión: yo tenía una frase introductoria que la ponía en todos los temas y luego, con el índice del tema por delante, mencionaba brevemente todos los temas que a lo largo del desarrollo había expuesto, conectándolo con la realidad docente. 
Introducción: igual que en la conclusión, yo tenía una frase introductoria que la ponía en todos los temas, conectaba con la realidad de nuestra profesión y mencionaba la relevancia de nuestro perfil profesional citando con comillas a un autor. Como era estándar para todos los temas, en este caso concreto, las comillas no me suponían ningún peligro, estaba cansada de repetir la misma frase. 

De momento, hasta aquí con la personalización de los temas. No obstante, como en breve comenzaré de nuevo con la tarea, si pongo en práctica algo diferente lo compartiré. Y ya sabes, si tienes algún truqui y te gustaría compartirlo, bienvenido será. 


viernes, 4 de octubre de 2019

PERSONALIZAR LOS TEMAS (I)

Cuando entramos en el maravilloso mundo de las oposiciones docentes hay algunos conceptos que nos van a resonar constantemente: personalizar los temas, originalidad, suerte, subjetividad... De la suerte si eso ya hablamos otro día, pero hoy quisiera hablar de qué es eso de personalizar y cómo lo he hecho yo. 
Si las oposiciones docentes se caracterizan por algo es porque disponemos de los epígrafes de los temas que nos entran (25 hasta ahora) ya está. A partir de ahí, te tienes que buscar la vida, ya sea porque alguien que ya haya aprobado te pase los suyos, los que te facilitan la academia y/o el preparador o hacerte con uno de los manuales editados (MAD, CEP). Eso sí, ninguno de estos están "listos para consumir". 
Si te los ha pasado alguien, hay que tener cuidado porque es posible que la legislación no esté actualizada o que haya datos inexactos, así como la necesidad también de actualizar la bibliografía o simplemente redactarlos de nuevo con un estilo que vaya más contigo. 
Si son de preparador o academia, suelen ser temas muy extensos, imposibles no ya de estudiar, sino de escribir en el tiempo de examen y ese mismo temario lo tienen chorrocientas personas aparte de ti. Y si el tribunal ha leído 23 exámenes parecidos, al que hace 24, por muy bien que esté, pues ya no le sorprende. 
Sobre los de las editoriales, he tenido la oportunidad de consultar los de MAD de mi especialidad y la verdad,  no me parecieron ni asequibles, ni me gustó la estructura y además, exigía muchísima modificación para adaptarlo no solo a mi Comunidad sino a mi propio estilo. Cierto es que los consulté una vez que ya tenía mi temario listo con el objetivo de ver si podría incluir algún contenido relevante, pero no fue el caso. 

¿Cómo los personalicé yo?


  • Tenía el temario de base que me dio mi preparador. Bajo mi punto de vista, disponer de una base ahorra mucho trabajo. El primer año, ese que dediqué a la programación y a dejar el temario listo, fui leyéndolo con tranquilidad y en primer lugar busqué una estructura que pudiera emplear en todos los temas. Al principio esto es complicado, porque aún no te has empapado de la teoría, pero poco a poco vas viendo que hay cosas que se repiten siempre: 
    1. Introducción justificativa
    2. Legislación
    3. Contenido del tema ( fundamental tocar TODOS los que vienen en el epígrafe del tema). 
    4. Conclusión
    5. Bibliografía
  • Optimizar el trabajo: hay temas más teóricos, hay temas de discapacidad y hay temas de intervención en la discapacidad. Sobre esa distinción que yo hice, redacté una introducción válida para para cada bloque de temas que me había dividido, un esquema de conclusión que me permitiera tener claro qué tenía más o menos que decir pero sin necesidad de aprenderme la conclusión de memoria y bibliografía polivalente, es decir, tenía manuales generales que podía incluirlos en casi todos los temas, bibliografía más específica para los temas más concretos y algunas web que solía usar y visitar (por lo que no requerían memorización). La introducción y conclusión serán lo primero y lo último que leerán de ti, merece la pena ser conciso pero destacable, dejar un buen sabor de boca y que realmente hagan referencia al tema en cuestión. Parece sencillo, pero se trata de un objetivo ambicioso. 

*Un dato acerca de la bibliografía: el día de la presentación del tribunal dejaron bien claro que en la bibliografía teníamos que citar las fuentes en tres apartados distintos: legislación, bibliografía y webgrafía. Desconozco si es un criterio general de todos los tribunales o exclusivo del que me tocó, pero es un detalle muy a tener en cuenta. Al menos yo así lo haré. 

Para evitar dejar un post infinito, continuaré con este tema de personalizar en la siguiente entrada. Espero que os pueda resultar de ayuda y si tenéis otros recursos para personalizar, bienvenidos sean. 





jueves, 3 de octubre de 2019

EL ETERNO DILEMA

Una de las primeras cuestiones que nos planteamos una vez que hemos decidido es qué opción nos va a resultar más rentable en esto de preparar unas oposiciones.
A poco que navegues en la red podrás encontrar distintas páginas donde se desgranan perfectamente los pros y los contras de cada una de las posibilidades, o bien academia o bien preparador. 

En "Prepara tus oposiciones"  se explica bastante bien los criterios para decantarte por una opción u otra y Nisabelt grabó un vídeo magnífico sobre el tema. 
Teniendo ya información de calidad en la red no tiene mucho sentido que una vez más vuelva a enumerar los pros y contras, así que me parece mucho más interesante compartir qué hizo que yo eligiese preparador y cuál ha sido mi experiencia. 

¿Cuáles eran mis necesidades?

-Me encontraba a dos años de la oposición, conocía por encima en qué consistía el proceso y tenía claros mis objetivos para ese primer "curso":
  • Hacer la programación y las unidades didácticas
  • Personalizar los temas. 
-Quería tener unos temas de base buenos, actualizados y no los de serie que te proporcionan en una academia (ojo, seguro que habrá academias estupendas, pero de las que tenía referencia directa no era el caso).
-En ese momento estaba trabajando, por lo que la opción de pasar una tarde completa en la academia no casaba con mis horarios. 
-Tengo buena capacidad de organización personal y disciplina, así como experiencia en el ámbito laboral del temario de la oposición, por lo que un preparador podría ajustarse más a mis necesidades. 
-Partía con un buen baremo para la fase de concurso, lo cual aumentaba las posibilidades y me motivaba a ir a por todas. 


¿Cómo encontré a mi preparador?

Pues gracias a las redes sociales. Me puse en contacto con varias personas y hablé con ellas por teléfono para preguntar todas aquellas dudas que me surgían en torno a la preparación. En ese momento, no tenía referencias de nadie, así que me guié por mi instinto y supe que era el indicado cuando vi claro que no pretendía venderme ninguna burra. Bajo mi punto de vista, hay que desconfiar de aquellas personas que te "venden" el oro y el moro, que presumen de % de aprobados (a ver, aprobar es relativamente sencillo, lo complicado es la plaza) o que directamente no te dan buena espina. Fíate de tu instinto, conectar con tu preparador/a es esencial. 

¿Cómo ha sido el trabajo con él?

Al final, encontré un preparador pero no en mi ciudad. No pasa nada, las tecnologías facilitan en gran medida la coordinación. 
El sistema de trabajo era más o menos similar: los viernes por la tarde me enviaba las tareas que debía hacer a lo largo de la semana, las lecturas y demás material y eso me permitía organizarme el trabajo hasta la semana siguiente. Las dudas las planteaba por wasap o por mail y su respuesta siempre fue rápida y útil; si él entendía que iba a ser mejor explicármela más directamente, me llamaba por teléfono y listo. 
Cuando llegó el momento de trabajar supuestos prácticos, de hacer simulacros, etc.., los hacía yo en casa, en las mismas condiciones que el resto de compañeros que sí iban presencial, y luego le enviaba el documento por mail. 
Para la defensa del oral, me fue dando indicaciones, hice mi guión y me lo corrigió y ya sí, fui en una ocasión a su localidad a presentar esa parte del examen. Más cercano al examen lo que hice fue grabarme en vídeo y pasárselo por wetransfer, por lo que él puedo hacerme las apreciaciones oportunas. 

¿Repetiría?

Sí y no. Me explico.
La experiencia con él ha sido fantástica. Me ha acompañado todo este tiempo y creo que su preparación ha sido estupenda. No me ha faltado nada. Por lo tanto, sí repetiré con un preparador. 
Pero, ahora que inicio un nuevo ciclo de preparación de oposiciones, creo que él ya no tiene más que aportarme y he buscado a otra persona. Mi idea es mejorar los temas (porque tendré de base los que la actual preparadora), aprender nuevas formas de abordar los supuestos prácticos y pulir la programación didáctica. Y para todo eso que me planteo necesito la visión de otra persona distinta, para elegir lo mejor de cada una y conseguir la ansiada originalidad y personalización en los temas (ambos conceptos dan para mucho).

Espero que os haya resultado interesante. 

miércoles, 2 de octubre de 2019

EN QUÉ OCUPO MI TIEMPO AHORA

La vida sigue y al día siguiente de las notas el sol vuelve a salir. Es una gran verdad, aunque en ese momento, no eres consciente. No lo he comentado antes, pero mis oposiciones son las de Pedagogía Terapéutica. 

Has dejado tanto de ti en el proceso, estaban tus días tan secuenciados en torno a la planificación y tus energías tan focalizadas en la preparación de los exámenes que de repente no sabes qué hacer. O al menos, eso es lo que a mí me pasó.


Y en eso que se presenta ante ti un verano muy diferente al que habías imaginado; no estás celebrando tu plaza y es el momento de empezar a planificar el próximo curso porque resulta que los plazos para inscribirte en los distintos másters que te proporcionan un punto extra en el baremo están abiertos,las plazas son limitadas y los precios varían muchísimo (aunque todos son elevadísimos, ojo). El tema del máster se merece una (o varias) entradas aparte. Y me decanté por uno que me servía para tan ansiado punto pero diferente a lo que hasta el momento había estudiado. 

Yo me negué a pensar en el Plan B hasta que no salieron las plazas adjudicadas, a pesar de saber casi al 100% que no la había conseguido. Me dolía pensar que tanto esfuerzo no había sido provechoso, la sensación de fracaso era tremenda. Todo mi entorno (mi marido, mis hijas, mis padres) todos, me apoyaban, sabían que lo había dado todo y que la suerte (otro concepto que se merece, a mi pesar, otro post particular) no me había acompañado. Pero necesité tiempo para yo misma perdonarme y pensar con claridad. Un duelo en toda regla. 

Y en eso estoy ahora: aún no he vuelto a mirar los apuntes de la oposición, pero mi intención es empezar a mediados de octubre. 
He empezado el máster y me está gustando. Estoy leyendo y actualizando la bibliografía para mejorar mis temas y abordar mejor los supuestos prácticos (en la red hay mil entradas sobre cómo son las opos de PT, pero creo que haré la mía propia).
Y estoy disfrutando de llevar a mis hijas al colegio y recogerlas y comer con ellas. Y de llevarlas a inglés, y ver la tele juntas sin pensar que tengo que ponerme a estudiar. 
Y estoy viviendo. 

martes, 1 de octubre de 2019

¿POR QUÉ DECIDÍ OPOSITAR?

Dándole vueltas acerca de por dónde empezar el blog pensé que quizás un buen comienzo pasaba por explicar los motivos por los que me decidí a opositar después de tantos años trabajando.

Siempre me dije a mí misma que opositar no era lo mío, que no sería capaz de estudiar tan a largo plazo, que había que estar hecha de una pasta especial, que si ya ejercía mi profesión no tenía sentido, que... En resumidas cuentas, mil y una razones por las que opositar no era una opción para mí.

Pero después de varios años trabajando, eso sí, "de lo mío" me di cuenta que no era suficiente. No encontraba la estabilidad económica ni laboral que deseaba, porque aunque estaba muy bien considerada en el cole, resulta que más que la experiencia, profesionalidad o la formación permanente en la que siempre me encontraba siempre había alguien con más antigüedad que yo. Todo ello unido a que en verano me iba al paro como muchas de mis compañeras y que además las horas de contrato no superaban la media jornada pues la verdad es que se hacía complicado disfrutar de una estabilidad económica. Porque sí, mi trabajo es vocacional y me encanta, pero también tengo unas responsabilidades familiares que atender y necesitaba que el trabajo me las ofreciera. La idea de opositar empezó a rondar mi cabeza, pero aún no fue mi momento.

Un día, recuerdo perfectamente cuándo, en mi mente se reajustó todo y de repente, "clic". Si tenía un buen currículum, si ya había demostrado que no me asustaba estudiar, si me acababan de dejar claro en el centro que al curso siguiente no podrían mantenerme en el puesto que tenía, ¿por qué no?

FASE DE CONCURSO

Las oposiciones docentes tienen una parte de oposición (la prueba escrita y la prueba oral, con sus respectivas partes) y la fase de concur...